Es una de las quejas de memoria más frecuentes entre las personas mayores, y las jóvenes también. Recordamos muy bien las caras, o al menos las reconocemos como conocidas, pero el nombre... ¿Cómo se llamaba?
A continuación propongo unas pautas para memorizar correctamente el nombre de una persona:
- Cuando nos presenten a alguien y escuchemos su nombre por primera vez, trata de repetirlo en voz alta al menos tres veces durante la conversación. Al principio: "es una placer conocerte María", durante la conversación, " así que María, eres pescadera", y al despedirse "hasta la próxima vez que nos veamos María, adiós".
- Trata de asociar el nombre con algún rasgo físico o característica de su vida personal, social, laboral.... en este caso como María es pescadera, me imagino a María por un inmenso mar repleto de letras i y letras a y en un bote de remos va María pescando las letras una a una.
- Si el nombre permite hacer una rima, o relacionarlo con un personaje famoso, mejor todavía!
Recientemente hemos trabajado estas estrategias con un grupo de Candás en el que se proporcionaba a los alumnos una tarjeta a cada uno con una nueva identidad: nombre, procedencia, profesión, y aficiones. A continuación durante unos minutos todos mantenían breves encuentros con el resto de sus compañeros para presentarse y conocer al resto de personas y mantener una pequeña charla en la que poner en práctica las pautas para memorizar nombres.
La idea era recordar la máxima información posible.
Al finalizar la actividad, los alumnos lograron recordar la mayor parte de la información de sus compañeros. Los nombres que mejor recordaron fueron los menos comunes, como Sandalia, aunque tuvieron problemas con los más raros y extraños como el nombre de Veremunda. Donde presentaron mayor dificultad fue para los nombres más comunes como María y Juan.